Vasos de sidra Dkristal

El vaso Sella, la llave para el disfrute de la sidra

Casi cualquier celebración es ideal para descorchar una botella de sidra. Para poder apreciar su sabor, su fragancia y su textura, es importante el ritual del escanciado, así como beberla de un vaso que intesifique sus cualidades: el vaso Sella de Dkristal.

Historia de la sidra

El uso del mosto con manzanas se remonta a tiempos prehistóricos, y se cree que pasó a ser sidra (sikera en griego) en tiempos de los griegos. Sin embargo, no hay demasiados documentos que respalden esto. En la Alta Edad Media se comienza a ver la sidra en diversos escritos en la Península Ibérica, incluso en la época visigoda, en la que encontramos el primer documento en el que se incluye la sidra de mano de Gonzalo de Berceo.

En la actualidad hay diferentes tipos de sidra

1. Sidra Natural Tradicional. Necesita escanciado, no está filtrada.

2. Sidra Natural Nueva Expresión. No necesita escanciado, está estabilizada.

3. Sidra Espumosa. Sabor seco tipo brut.

La sidra asturiana cuenta con la peculiaridad de ser la única que se escancia en el mundo. Pero ¿qué es escanciar y cómo llevar a cabo este ritual?

Escanciar es el acto de servir la sidra en un vaso desde una altura considerable. Cuando ésta golpea contra el vaso se producen unas pequeñas burbujas de anhídrido carbónico que arrastran el aroma de la sidra, y es por lo que el vaso tiene una forma ancha: para que se introduzca en su interior la nariz y se pueda apreciar mejor el aroma de esta bebida. Según los consumidores más avezados, una vez que han desaparecido las burbujas, éste no se distingue tan bien, lo cual explica que los culines -la cantidad que se echa cada vez que bebe una persona- deban ser consumidos de un solo trago, y justo después de ser escanciados. Los últimos restos del culín se aprovechan para que el líquido pase por la parte del vaso por donde se ha bebido para «limpiar» la zona donde se colocan los labios, ya que el vaso suele compartirse.

Al escanciar, la postura debe ser recta, pero no rígida y la botella debe quedar por encima de la cabeza. Con el brazo erguido, cogiendo la botella con la mano derecha y el vaso con la izquierda, se deja caer a esta altura bruscamente la bebida para asegurar la oxigenación de la misma. Con el escanciado se pretende reafirmar las cualidades de la sidra, siendo en determinadas ocasiones totalmente necesario para no perjudicar su sabor.

El vaso de sidra

Según el etnógrafo Inaciu Hevia Llavona, «el vaso de sidra de antaño era grueso y pesado, y surge en una época próxima a la de la botella, en 1880», solían ser de vidrio grueso, muchas veces del mismo que el de la botella. Estos vasos gruesos y vallados han desaparecido conforme se han ido estudiando las cualidades y componentes de la sidra, y el vaso ha ido evolucionando con el fin de ser el acompañante perfecto de la misma.

Las medidas del vaso actual deben ser de 12 cm de alto, 9 cm de boca y 7 cm de culo, y por supuesto, una de las cualidades imprescindibles para un buen vaso de sidra y del disfrute de la misma, debe ser la finura del cristal.

El vaso de sidra Sella, es el vaso por excelencia para disfrutar de todo el sabor de la sidra. Actualmente, se puede encontrar en países como México, Estados Unidos, Reino Unido e incluso las islas Filipinas y Japón.

¿Quieres sentirte como un verdadero asturiano? Un culín bien escanciado, en cristal fino por favor.